Estandarización del Estilo
El aspecto de los billetes estadounidenses cambia mucho en 1929. En un esfuerzo por reducir los costos de fabricación, todos los billetes de la Reserva Federal se vuelven un 30 por ciento más pequeños, comenzando a medir 6,14 x 2,61 pulgadas, en lugar de 7,375 x 3,125 pulgadas. Además, se instituyen estilos estandarizados para cada denominación, disminuyendo el número de estilos en circulación y haciendo que sea más fácil para el público distinguir entre billetes auténticos y falsificados.